Un día nuestro profesor nos pidió que cerraramos los ojos. Me quedé que no sabía qué hacer, mis ojos no me lo permitían y mi voluntad tampoco. Al mirar hacia mi compañera observé que ella, al igual que yo, dudaba.
Él estaba sentado frente a nosotras y sonriendo, nos explicó que sólo quería que visualizaramos las posiciones y las notas para poder tocar más fácilmente.
Por qué nos costaba cerrar los ojos..?
Comprendí que algo tan aparentemente sencillo como cerrar los ojos es algo íntimo.
Realmente al hacerlo, estamos centrando toda nuestra atención en aquello que oímos o sentimos en ese preciso instante.. Así, cerramos los ojos mientras rezamos, cuando respiramos conscientemente, al saborear una taza de café o té..lo hacemos
también cuando besamos, al oler una flor, en definitiva, en aquellos momentos en que relajadamente nos sentimos bien.
También hay quien al oír música cierra los ojos, bien para sentir el ritmo..el pulso como si de un corazón se tratara, bien porque también la música nos trae recuerdos a nuestra mente..
Y en todos estos momentos además de cerrar los ojos sonreimos porque todo esto nos hace bien.



No hay comentarios:
Publicar un comentario